La Asamblea anual de FERE-CECA, que se ha reunido en Madrid los días 17 y 18 de febrero de 2005 y ha congregado a cerca de 300 representantes de titulares de centros educativos católicos, que suponen más del 80% de la enseñanza concertada, desea hacer pública la siguiente
DECLARACIÓN FINAL
1.- La escuela católica, consciente de la importancia de cultivar y expresar sus señas de identidad, sin dejar por ello de estar abierta a otras opciones, renueva su compromiso de mejora continua sobre la base de sus logros: integración de los padres y apertura a la sociedad, capacidad de reflexión y creatividad sobre sus procesos educativos, claridad de su misión (identidad), ofrecer experiencias y vivencias de compromiso social, apostar junto a otras escuelas por los valores humanos y trasladar el mensaje de Jesús como fuente de sentido apostólico y social.
2.- Defiende, como ha hecho a lo largo de toda sus historia, que es imprescindible alcanzar un pacto educativo que termine con los vaivenes a los que los cambios políticos continuos somenten al sistema educativo. Por ello, seguirá haciendo todo lo que esté en su mano para alcanzar un consenso que incluya a todos y que busque el bien de nuestros alumnos, más allá de intereses personalistas o partidistas.
3.- Considera necesario que, de una vez por todas, cesen las actuaciones de algunas administraciones públicas contra derechos constitucionales como la libertad de enseñanza. El discurso del Ministerio sobre la búsqueda del diálogo debe demostrarse con hechos.
4.- En cuanto a la asignatura de Religión, acusa al Consejo Escolar del Estado de acordar de forma ilegítima y minoritaria (por el número de asistentes y por el uso del voto de calidad de su Presidenta) una cuestión que va en contra de un derecho constitucional, de un acuerdo de Estado y de la opción mayoritaria de los padres (más de un 70% escogen la asignatura de Religión para sus hijos).
5.- Corrobora el deseo de que la escuela católica consolide su unidad en torno a FERE-CECA y EyG.
6.- Se muestra abierta a la realidad europea, al tiempo que a las necesidades de los países en vías de desarrollo, y por eso trabaja para fomentar en sus centros la proyección europea y, por supuesto, valores fundamentales de justicia y solidaridad.