27 y 28 de marzo, Asamblea anual de Escuelas Católicas

Escuelas Católicas rechaza la prohibición generalizada del uso de dispositivos tecnológicos en las aulas

Pedro Huerta reclama que se saque la educación de la polarización política

27 de marzo de 2025

El secretario general de Escuelas Católicas, Pedro Huerta, en la presentación del informe de gestión del año en la Asamblea anual de la institución, que se celebra los días 27 y 28 de marzo en Madrid, criticó las recientes normativas autonómicas que prohíben el uso de dispositivos tecnológicos en las aulas sin un debate previo con la comunidad educativa. “Asistimos atónitos a la aprobación de normas autonómicas que aparecen sin un diálogo sereno con la comunidad educativa, con la prohibición como argumento y sin respetar la autonomía de los centros», afirmó.

Desde Escuelas Católicas se defiende una gestión del uso de la tecnología en la educación moderada, segura, crítica, responsable y pedagógicamente fundamentada y respaldada por los resultados del aprendizaje, en línea con las recomendaciones de organismos internacionales como la UNESCO, la OCDE, el Consejo de la Unión Europea o de la propia LOMLOE.

La competencia digital se considera una herramienta clave en el aprendizaje teniendo en cuenta que los alumnos están inmersos en una sociedad en la que los contextos digitales afectan a nuestra forma de comunicarnos, obtener información, aprender y relacionarnos, lo que exige “por mandato legal y por responsabilidad educativa, una formación integral y acompañamiento de todos los que forman parte de la comunidad educativa”, y no imposiciones que parecen tener de fondo un interés político y fundamentos pedagógicos muy pobres. “Es inexplicable -añadió- que quienes dicen defender la libertad y la pluralidad solo sepan legislar en materia educativa dejándose llevar por modas pendulantes”.

«Educar no se consigue con prohibiciones, sino desde el equilibrio de libertades”, subrayó. En este sentido, Huerta recordó que el Consejo Escolar del Estado recomienda también generar tiempos y espacios de debate dentro de la comunidad educativa que faciliten la toma de decisiones informadas sobre esta cuestión.

Por todo esto, explicó que Escuelas Católicas se reafirma en su compromiso con una educación que integre la tecnología de manera responsable, impulsando la formación de docentes y familias, promoviendo principios pedagógicos basados en la innovación educativa y garantizando un enfoque que priorice el aprendizaje activo y crítico, en diálogo con la comunidad educativa.

Pedro Huerta en su discurso aprovechó además para reivindicar la necesidad de alejar la educación de la polarización política y construir consensos reales. Exigió un compromiso firme para mejorar las becas, garantizar recursos para la salud mental de los alumnos, dignificar la profesión docente y fortalecer la participación de las familias en el proceso educativo. «No nos cansamos ni bajamos los brazos, porque en educación somos, por definición, peregrinos de esperanza. ¡Basta ya! Saquen la educación de la polarización política», declaró Huerta, al tiempo que instó a las administraciones a promover un Pacto Educativo basado en el respeto, la equidad, la libertad de enseñanza y el diálogo.

Reflexión y compromiso
Además de las palabras del secretario general, en la inauguración de esta Asamblea se escucharon también las voces de destacadas personalidades del ámbito eclesial y educativo. Monseñor Luis Ángel de las Heras, presidente de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada, aseguró en su intervención que “la misión de la educación es para la Vida Consagrada una prioridad”, en la que se opta por los más vulnerables, aquellos para quienes “la educación debe ser un camino de esperanza”. Recordó, además, las palabras del papa Francisco sobre la educación, “un acto de esperanza que hace que nadie sea excluido”, tan necesaria en el tiempo que vivimos.

En un contexto mundial marcado por la guerra, la injusticia y la incertidumbre, la educación se erige como un faro de esperanza para las nuevas generaciones. Así lo destacó el secretario general de la OIEC, Hervé Lecomte, durante su intervención en el acto de inauguración, al tiempo que subrayó la necesidad de dejar atrás modelos de enseñanza caducos y apostar por estrategias innovadoras que den respuesta a los desafíos actuales. «Educar significa poner esperanza en el presente», afirmó. Hizo también un llamamiento a la conversión personal y comunitaria, instando a los educadores a redescubrir y transmitir valores esenciales que no deben perderse.

Monseñor Alfonso Carrasco Rouco, presidente de la Comisión de Educación y Cultura de la Conferencia Episcopal Española (CEE), agradeció la invitación a la Asamblea, que interpreta como un “gesto de profunda comunión eclesial” y, en alusión a la escuela católica, afirmó que nuestras escuelas cumplen una misión importante y un verdadero testimonio de la verdad de la fe. Para Carrasco, “la Iglesia es educación” y reconoció el tesoro inmenso que supone la escuela católica, “como obispos y Pueblo de Dios, debemos ser conscientes de ello”, concluyó.

El arzobispo filipino y ex nuncio de Su Santidad en España, y recientemente nombrado nuncio apostólico ante la Unión Europea, monseñor Bernardito Auza, subrayó el reconocimiento de la sociedad hacia la escuela católica por su labor educativa basada en los valores del Evangelio, su contribución al progreso social y su apertura a todos, convirtiéndose así en “signo de esperanza”. Destacó, asimismo, que la función de los colegios católicos no es solo la formación académica, sino también la formación integral del ser humano. Citó las palabras del papa Francisco sobre la necesidad de abrirnos a la trascendencia, permitiendo que Dios se manifieste en nuestras vidas. «El maestro es más que un transmisor de conocimiento; es un peregrino de esperanza con nombre propio», afirmó.

Por su parte, Ana María Sánchez, presidenta saliente de Escuelas Católicas, aseguró que nuestra vocación educativa es una misión de la Iglesia al servicio de la sociedad, una labor que ha respondido a las distintas llamadas de la Iglesia, visible en el Pacto Educativo Global, la sinodalidad, el cuidado de la casa común o la fraternidad. Advirtió, además, que como Iglesia, “somos caminantes”, que no estamos acomodados, sino en camino, buscando horizontes juntos, forjando lazos y creando comunión y finalizó con el deseo de que esta Asamblea fuera un momento de “fortalecer nuestra esperanza”, en alusión al lema del encuentro.

Identidad y liderazgo en el ámbito educativo
A lo largo de la mañana, se presentó también la memoria de actividades de 2024, a cargo de Victoria Moya, directora del Departamento de Comunicación, y se vivió uno de los momentos clave de la jornada con la ponencia de Jesús Manso, decano de la Facultad de Formación de Profesorado de la Universidad Autónoma de Madrid, quien abordó la “Identidad profesional docente”. Durante su intervención, Manso reflexionó sobre la importancia de la formación directiva, la transición en los cargos de liderazgo en los centros educativos y la necesidad de fortalecer la identidad del profesorado en un contexto en constante cambio.

El debate posterior, moderado por Antonio Roura, contó con la participación de Simón Cortina y María José Fernández, responsables de instituciones titulares de colegios en Escuelas Católicas. En este espacio, se profundizó en los retos que enfrentan los docentes y en las estrategias para garantizar la continuidad y solidez de la misión educativa de los centros católicos.

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Sobre Escuelas Católicas

Escuelas Católicas (EC) es la marca de la Federación Española de Religiosos de la Enseñanza-Titulares de Centros Católicos (FERE-CECA) y de Educación y Gestión (EyG). FERE-CECA asocia desde 1957 a los titulares de los centros educativos y EyG los representa en su vertiente empresarial desde 1989. Actualmente integra a 1.952 centros educativos católicos, la mayoría con algún nivel concertado. Gran parte de ellos son centros integrados, es decir, que cuentan con más de una etapa. Si separamos por niveles educativos hablaríamos de 1.740 centros de Educación Infantil, 1.685 de Educación Primaria, 1.629 de Educación Secundaria (ESO o FP Básica) y 775 centros de Bachillerato o FP de Grado Medio o Superior, es decir, de 5.829 entidades pedagógicas. En ellos se educan 1.192.542 alumnos y hay 105.434 trabajadores, de los que 85.175 son docentes. Escuelas Católicas supone el 15% del total del sistema educativo y el 57% de la enseñanza privada concertada, lo que la convierte en la organización más representativa de este sector.

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