Los 40 music Romanticficados

Programar por paisajes aporta una visión distinta del aula cambiando la metodología tradicional por un panel mucho más atractivo para el alumnado. En el paisaje aparece una oferta de actividades variadas donde los alumnos trabajan de manera autosuficiente y autogestionada para generar su propio aprendizaje en base al material del paisaje.

El profesor, por tanto cambia su rol y acompaña al alumnado en ese proceso de aprendizaje. Se generan nuevas alianzas, nuevos roles, un nuevo clima mejorado en el aula y un aprendizaje mucho más real y significativo.

Las bases de los paisajes son las inteligencias múltiples y la taxonomía de Bloom, por ello, la clave de diseño parte de combinar estas actividades. Las tareas deben de estar pensadas para lograr alcanzar a todos nuestros alumnos en el aula ofreciendo un abanico de actividades diverso y motivador.

También es muy importante escoger una narrativa y generar una gamificación acorde con la edad de los participantes que dependerá de la etapa en la que estemos y en la clase en concreto en la que vayamos a desarrollarlo. Debemos diseñar el paisaje teniendo empatía con nuestro alumnado y “adaptándonos a sus mundos” para generar un paisaje atractivo para alcanzar así nuestros objetivos curriculares.

En primer lugar,y a mi parecer lo más importante, es que la programación con paisajes de aprendizaje favorece las relaciones sociales y el trabajo cooperativo dentro del aula. Todo esto conlleva un desarrollo del pensamiento crítico, una gestión de grupo, una responsabilidad de temporalización…aspectos cruciales que muchas veces pasan desapercibidos en nuestras asignaturas.

Partiendo de esta base, con los paisajes, los alumnos también obtienen un aprendizaje más libre y personalizado escogiendo sus propios ritmos y actividades. Alcanzan los objetivos propuestos por el profesor pero de una forma mucho más personal.

En resumen, los paisajes han mejorado el clima del aula, se ha generado más cohesión grupal y comunicación y hay una evolución en el rendimiento de los alumnos. ¿Qué más se puede pedir?