Programar por paisajes de aprendizaje ofrece al profesorado de Secundaria una forma muy efectiva de llevar al aula las Inteligencias Múltiples a la vez que, al tener en cuenta la taxonomía de Bloom, se diseña un abanico de actividades amplio que objetiva qué procesos de pensamiento buscamos en nuestros alumnos.
Por otro lado, para los alumnos ofrece la posibilidad de ser verdaderos artífices de su aprendizaje eligiendo la ruta que quieren seguir y cómo deben hacerlo. Trabajar paisajes es motivador y aumenta la actividad en el aula.
¿Cuáles son las claves que para ti es fundamental tener en cuenta en el diseño y puesta en práctica?
Diseñar un paisaje de aprendizaje puede parecer algo laborioso, sin embargo, a la hora de enfrentarse a la matriz de programación, es importante, en nuestra opinión, diseñar primero las actividades en el orden que vayan surgiendo y, a medida que la matriz se va completando, centrar el esfuerzo en aquellas inteligencias o categorías de la taxonomía que estén menos trabajadas. Así, si tras diseñar unas cuantas tareas se aprecia que, por ejemplo, no hay ninguna de la inteligencia cinestésica, entonces se busca una actividad específica para ella. Así nos ha resultado más fácil que enfrentándonos a la matriz en blanco.
La gramática es un apartado muy particular de nuestra asignatura. Es necesaria mucha práctica para llegar a dominarla correctamente y eso provoca que a muchos alumnos les resulte repetitiva y aburrida. Vincularla a la narrativa propia de este paisaje ha aumentado mucho la motivación del alumnado y también considerablemente el rendimiento. ¡Todo sea por conseguir los ingredientes necesarios para el antídoto!
Narrativa del paisaje
El Virus-G ha infectado a toda la ciudad y la gente deambula como muertos vivientes infectando a todo el que se encuentra a su alrededor. La única manera de sobrevivir a ello es encontrar el antídoto necesario, pero no es tan sencillo pues los zombis son muchos y han mutado. Deberás conseguir diferentes tipos de antídotos y obtener la fórmula necesaria para mezclarlos y que la cura tenga efecto.
¿Serás lo suficientemente rápido o te acabarás transformando en uno de ellos?
Una vez que se han leído las “normas de juego”, los alumnos entran a una página donde ven un amplio abanico de actividades agrupadas por colores.
Rojas Oración simple
Azules Oración coordinada
Verdes Oración sustantiva
Moradas Oración adverbial
Naranja Morfología
Antídoto Análisis de una oración y dos palabras del formato de los exámenes
Ni que decir tiene que el día que el profesor de Lengua aparece en clase ataviado con una bata de laboratorio, los alumnos comienzan la clase deseando que explique el porqué de su indumentaria. Conseguimos así romper con la rutina y despertar en el alumno las ganas de que la clase comience.
Todo cambia y el profesor ahora es “el científico”, al aprobado se le llama “conseguir el antídoto”, sacar un diez es “elaborar dosis para todos”. Puede parecer complejo pero aseguramos que los alumnos se han enganchado enseguida y esta nueva jerga ha entrado de lleno en el aula.
Material
Distribuimos a los alumnos en grupos de cuatro integrantes y a cada grupo les entregamos un dossier de trabajo. Algo tan sencillo como un DIN-A3 doblado a la mitad que contenía la dirección del enlace y una hoja con cinco probetas dibujadas. A medida que iban haciendo actividades debían incorporarlas al dossier, siempre correctamente etiquetadas con color y número de actividad. Los alumnos eligen en qué orden quieren hacer los ejercicios e incluso cuáles prefieren y cuáles descartan de cada color teniendo en cuenta las preferencias de cada grupo y las “dosis” que cada ejercicio aporta. Cuando llegan al mínimo exigido para un antídoto, se les da una prueba secreta que suma 1,5 puntos a su nota. Llegados a este punto, siguen trabajando para mejorar la puntuación del grupo. La puntuación de las dosis de colores está especificada en uno de los enunciados del paisaje (ejemplos: 20 dosis rojas en total +0’5puntos. 18 dosis azules en total +0’75puntos).
Evaluación
Tras la entrega de cada actividad el profesor anota las dosis obtenidas en la probeta del color correspondiente, en la hoja hay dibujadas cinco probetas, una para cada tipo de actividad, así los grupos son evaluados a cada momento y los errores pueden corregirse en el propio aula. El feedback es constante y los grupos afinan muy pronto la puntería sabiendo qué se les pide y cómo deben hacer cada ejercicio.
Para calificar el trabajo se combinan dos notas: El resultado de las dosis obtenidas (nota grupal) y las observaciones de aula del profesor (nota individual que sirve además para corregir las posibles desviaciones del trabajo en grupos cooperativos en los que haya habido alumnos que se esfuerzan mucho menos que otros).